Arce (izquierda), Udalla (centro) y Galizano (derecha), tres campeones de la Cuadra Bering | Fotomontaje: Ander Suescun
Desde hace casi 30 años y en la actualidad, si existen unos colores blanquiamarillos que destacan en las pistas españolas son las de la Cuadra Bering. Chaquetilla que su nombre se debe al gran caballo alazán que portaba a su vez otros colores históricos como las de Alec Head. Un ejemplar que a la postre dejó un gran duelo con Dancing Brave en el Arco de 1986 y fue un interesante semental durante varios años.
Volviendo a la Cuadra Bering siempre capitaneado por un clásico propietario como Javier Aznar, su primera participación como tal se remonta al año 1991 con una yegua llamada Loonika. El escenario elegido, su querido hipódromo de San Sebastián, el resultado, un discreto undécimo puesto. Aunque lo importante en esto de las carreras es seguir adelante y precisamente con esa yegua que debutó mal se estrenó el casillero de victorias de la cuadra en Madrid un año después.
Una de las grandes peculiaridades de los caballos que corren con estos colores está en sus nombres. La mayoría de los ejemplares comprados en subastas como foals o yearlings llevan nombres de poblaciones cántabras. El porqué de este misterio, se remonta a que a pesar de que el propietario de la cuadra no sea cántabro, ha vivido varios años allí y que su mujer es de tierras del Cantábrico. Por todo ello, están en la memoria de los nostálgicos nombres como Potes, Solares, Astillero, Mogro, Valle, Arnuero, Yuso…
Durante todos estos años varios entrenadores han sacado a las pistas la vestimenta de Bering. Los primeros años sus caballos estuvieron en el patio de Gerardo Villarta, hasta que le llegó a éste la oferta de la Cuadra Machín por lo que después se pasaron sus productos donde Claudio Carudel. Tras unos años con Carudel a mediados de 1994, justo cuando Cumbrales le dio todo un Derby, sus ejemplares fueron a la preparación de Juan José Chavarrias. Los motivos de ese cambio tuvieron que ver con un caso de dopaje y con una oferta de una de las cuadras más potentes del momento como era Alborada para que Carudel fuese su preparador.
El cierre de Madrid trajo de nuevo cambios en la faceta de entrenador y se apostó por uno de los preparadores más prometedores de aquellos años como era Mauri Delcher Sánchez. Ya con la cuadra estabulada en San Sebastián llegaron uno de los mejores años con grandes victorias en Lasarte y en Francia. Se podría definir como la época dorada de los colores blanquiamarillos. Entonces, volvieron las carreras a la capital española lo que provocó la marcha de Mauri, cambiando el río Oria, por el río Manzanares. Los caballos en cambio se quedaron en el valle del Oria en la preparación de preparadores como Christian Delcher y Ramón Avial. Años después, Aznar cambió Santander por Madrid y todo eso provocó que los caballos también se estabulasen en la capital con preparadores como Mauri Delcher Sánchez, Juan Luis Maroto, Enrique León y Jesús López, respectivamente en un periodo de siete años. Actualmente, dejando unos años de mini-parón en las pistas nacionales Bering ha comenzado un nuevo proyecto capitaneado por el joven preparador Patrik Olave.
Entretanto fuera de nuestras fronteras estos colores han seguido teniendo representación sobre todo en Francia e incluso en Irlanda. En Francia, ha sido y es muy habitual ver caballos bajo el nombre de la mujer de Javier Aznar entrenador por el sevillano Carlos Laffón. Durante un tiempo incluso tuvo caballos bajo la preparación del joven entrenador italiano Simone Brogi, también en tierras galas. Además de ello, como se ha mencionado hubo una experiencia con Joseph O’Brien que duró pocos meses en los verdes irlandeses.
Muchos propietarios se fueron y no volvieron tras el cierre del hipódromo de Madrid, otros buscaron refugio en el sur (Sevilla) y otros en el norte (San Sebastián). En este caso, los aires norteños sirvieron para consolidar una de las escuadras más fuertes de los últimos años con caballos para el recuerdo como Suances, Galizano, Arce, Portus Bleindum, Barreda, Jano, Ruente…
Varios grandes premios están en el palmarés de estos colores entre otros: GP de San Sebastián (Ruente (2003) y Galizano (2004)), Critérium Internacional (Udalla (2018)) o GP Villapadierna (Cumbrales (1994)). A su vez en Francia en otros, Prix de Guiche (Grupo III) (Suances (2000)) Prix des Reservoirs (Grupo III) (Comillas (1998)) o Prix Solitude (Listed) (Comillas (1999)), además de colaborar en gran parte en la victoria de Suances en el Prix Jean Prat (Grupo I) (2000).
Pese a todos estos premios, siempre ha tenido una espina clavada Javier Aznar en la Copa de Oro. 14 participaciones en la cita dorada donostiarra, el primero se remonta al año 1994 con un cuarto puesto de Cumbrales (F. González). A continuación, en 1995 volvió a intentarlo Cumbrales (F. González) con un octavo puesto; en 1999 cuarto fue Echalar (S. Vidal) y octavo fue Puntal (J. Reid); en el 2000 mejoró una posición Echalar (P. García) con un tercero y octavo fue Karlsbad (J.L. Martínez); en el 2002 fue Ruente (F.X. Bertras) el representante con un sexto puesto; en el 2003 volvió a intentarlo Ruente (J.R. Dubosc) siendo undécimo; en el 2004 Galizano (D. Morisson) fue segundo; mientras que un año después los mismos protagonistas se tuvieron que conformar con un quinto puesto; en el 2008 Corconte (O. Ortiz de Urbina) fue sexto y Iruz (P. Sogorb) fue décimo; en 2012 Esles (J.B. Eyquem) tuvo que ser parado, pero la siguiente edición con A. Crastus a los lomos fue cuarto. Desde entonces no hemos vuelto a ver los colores de la Cuadra Bering en la Copa de Oro, pero seguro que pronto volverán al ataque.
Tal vez y esto es una opinión, ojalá algún día consiga el ansiado trofeo dorado, que tanto se merece uno de esos colores que te hace recordar tantas carreras con los colores blanco y amarillos llenos de barro y llenos de esfuerzo por alcanzar siempre los difíciles objetivos que el turf depara.